17/3/08

Biografía y Contacto


Nació en Manizales el 25 de abril de 1941 y falleció en Bogotá el 29 de septiembre de 2015. Bachiller del Instituto Universitario de Caldas y estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Caldas. Escritor y Periodista.
Ha sido profe­sor de enseñanza secun­daria y también en varias universidades: Universi­dad de Buenaventura, Universidad de la Saba­na (antiguo INSE), Impa­hu. Escribe hace aproxi­madamente 40 años. Ha publicado artículos en El Tiempo, El Espectador, La República, La Patria, El Siglo, El Pueblo, El Oc­cidente, El País, Van­guardia Liberal; igual­mente en varias revistas:Arco, Puesto de Combate, Consigna, Nueva Frontera, Común Presencia. Dirigió por 3 años la Re­vista Siglo XX.
En 1972 quedó finalista en el Primer Concurso de Cuento "Onix Sello Ne­gro” convocado a escala nacional. En 1973 publicó su primer libro de cuento "Color de Hor­miga”, en la Colección Popular del Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura. En 1974 se publica El Café volumen 3 de la Enciclo­pedia del Desarrollo Co­lombiano y Artes Gráficas, volumen 2 de la Enciclopedia del Desarro­llo Colombiano en colaboración con Gonza­lo Canal Ramírez; en 1977 El Ca­fé, Cultivo e Industria, Editora 2.000. En 1976 His­toria Universal, Editorial Universitaria de América); Sicología, Edito­rial Universitaria de Amé­rica (1977). En 1980 El Contador de Cuentos, segundo lugar en el Concurso de Cuento convocado con motivo de los 70 años del Departamento de Caldas. En 1983 publica El oficio de preguntar, ensayo. En 1984, Diario de una Infancia. En 1987, Marguerite Yourcenar o la profundidad, ensayo. En 1993, Las muertes de Caín, cuento. En 1996, La escritura como pasión, ensayo. En 2001, Trilogio, cuento. En 2014 apareció su libro El Biblionavegante (Común Presencia Editores) donde compila artículos aparecidos en los periódicos durante las últimas tres décadas.
Antes de ingresar a la Federación de Cafeteros, estuvo vinculado a la empresa Canal Ramírez- Antares y allí fue Director Académico de la Enciclopedia del Desarrollo Colombiano. Para esa colección diseño la publicación y programó los contenidos de los 50 volúmenes que la conformarían y trabajó directamente en la elaboración de dos de ellos: Las Artes Gráficas y El Café.
Su aproximación al tema del café se dio con la publicación de "El Café", Vol.III de la Enciclopedia del Desarrollo Colombiano que apareció en 1974.
Ya como Asistente de Relaciones Públicas, y luego como Jefe de Publicaciones de la Federación publicó:
"El Café, cultivo e industria" Editora dos mil, Bogotá, 1976
"Colombia, café y paisaje, Interprint Editores, Bogotá, 1986
"El café en la vida de Colombia", Editorial Carvajal, Bogotá, 1987
"El café, relato ilustrado de una pasión", Editorial Colina, Medellín 1989
"Aventuras ilustradas del Café", dirigido a los niños, Editorial Colina, Medellín, 1990.
"Don Leo" Editolaser, Bogotá 1991
"Un caballero del café" Ed. Común Presencia, Bogotá, 1997
"Vida y hechos del café en Colombia" Editorial Común Presencia, Bogotá 1998.
“La caficultora en el Huila”, 2000.
“Don Pedro, el liderazgo cafetero desde la provincia”, 2007
Sobre el tema del café ha publicado numerosos artículos en periódicos y revistas nacionales y extranjeros. Con sus escritos ha contribuido al conocimiento del cultivo del café y de la industria que se sustenta en su producción: comercio, transporte e industrialización.
De su actividad como pintor resaltamos:

EXPOSICIONES INDIVIDUALES
Galería La Nacional de Seguros - Manizales, 1991 Casa del Marqués de Valdehoyos - Cartagena, 1993 Universidad INCA de Colombia - Bogotá, 1993 Galería Distribuidora El Libro - Bogotá, 1993 – Fondo Cultural Cafetero, Bogotá, 1994- Centro Colombo-Americano. Bogotá, 1995-Instituto Caldense de Cultura, Manizales, 2001

EXPOSICIONES COLECTIVAS
Intercambio de Estampa - La Habana, Cuba, 1992-1993 Primer Salón de la Demencia - Academia de Artes de Bogotá, 1993 Gráfica Solidaria - Casa de las Américas, Bogotá, La Habana, 1993 Agenda 94 - Taller Big Bang, 1993-1994 Taller Armada Intangible - Cartagena, 1994 Tren a Gran Velocidad por América Latina - Lieja, Bélgica, 1994 – V Bienal de Arte Latinoamericano de Suba, Bogotá, 2005- VI Bienal Internacional de Arte Latinoamericano de Suba, Bogotá, 2008

E-mail: comunpresencia@yahoo.com

El Biblionavegante



DEL TIEMPO Y SUS FIGURACIONES
Por José Chalarca


Alguien me comentaba luego de leer Los conjurados, que este libro parecía contener el testamento del autor, que seguramente sería el último que cayera de su pluma. En un principio me lo pareció así pero, luego de reflexionar, concluí que el testamento de un escritor son los libros que escribe y que todos y cada uno de ellos, desde el primero siempre son el último porque el postrero en escritura, así como el inicial, resumen el testimonio de unos momentos de su ser, que ya no es en el instante mismo de poner el punto final.
Es bello este libro de Borges; escrito con un lenguaje depurado y simple, dicho con un decir decantado a fuerza de trajinar la palabra.
Aquí, en esta densa relación que no abarca siquiera cien páginas, están tratados todos los temas que han dado sustento al quehacer poético de Borges: el hombre, el ser, el tiempo, la vida, la muerte. Borges abre su libro diciéndonos lo que significa para él el acto de escribir:

Escribir un poema es ensayar una magia menor. El instrumento de esta magia, el lenguaje, es azar misterioso. Nada sabemos de su origen. Sólo sabemos que se ramifica en idiomas y que cada uno de ellos consta de un indefinido y cambiante vocabulario y de una cifra indefinida de posibilidades sintácticas...

Borges trata a la muerte con la confianza de quienes han vivido mucho y a plenitud, sin temor, como si fuera la compañera que ha viajado a su lado por los infinitos caminos que ha recorrido a lo largo de los años.

El alivio que tú y yo sentiremos en el instante que precede a la muerte, cuando la suerte nos desate de la triste costumbre de ser alguien y del peso del universo... Debemos entrar en la muerte como quien entra en una fiesta... Absuelto de las máscaras que he sido, seré en la muerte mi total olvido.

El ser del hombre le tortura; no propiamente el ser, sino la naturaleza última de ese ser, la razón de su destino; la explicación final y concluyente del hecho de que vive y describe una trayectoria sobre la superficie de la tierra; que incuba su entidad en ese vientre sin fronteras que llamamos tiempo y se pierde al fin en la nada del espacio infinito:

La carne olvida sus pesares y sus dichas...

Somos el agua, no el diamante duro,
La que se pierde, no la que reposa.

La memoria no acuña su moneda...

...bien puede ser que nuestra vida breve
sea un reflejo fugaz de lo divino.

Qué habrá soñado el tiempo hasta ahora, que es,
como todos los ahoras, el ápice?

Borges, a sus ochenta y seis años de edad que le han dado ocasión de lecturas infinitas, de experiencias innúmeras; que ha tenido la oportunidad de asaltar la verdad desde varios y distintos puntos de abordaje, busca aún la sabiduría.
Sabe, al cabo de tantas horas de sentirse existiendo, la imposibilidad de cualquier posesión y concluido que “sólo el que ha muerto es nuestro, sólo es nuestro lo que perdimos... No hay otros paraísos que los paraísos perdidos”.
Borges, el eterno Borges, ciudadano del mundo, ha sido, desde los comienzos de su actividad como escritor, un eterno enamorado de la belleza. Es la belleza el resorte que ha impulsado su pluma, el motivo que ha inspirado sus más logradas creaciones:

Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso. No hay poeta, por mediocre que sea, que no haya escrito el mejor verso de la literatura, pero también los más desdichados. La belleza no es privilegio de unos cuantos nombres ilustres...

Borges es uno de los más grandes poetas que escribieron en castellano y la poesía reunida en Los conjurados, contiene quinta esenciado, lo más logrado de su producción poética.

(El Biblionavegante. Común Presencia Editores, 2014)

Trilogio

Por Óscar Castro García

El título de este libro puede interpretarse como la unión de trilogía –las obras dramáticas o tragedias en la antigua Grecia– y elogio, de lo que se considera bien acabado; o también como la unión de tres –obras de cuento– con logos, o palabra, expresión, discurso y razón... De esta manera, varios cuentos de Color de hormiga (1973), El contador de cuentos (1980) y Las muertes de Caín (1993), se reúnen como tríptico-alabanza de treinta años de trabajo literario. Catorce cuentos de un narrador no convencional y directo, dedicado a la crítica, la creación literaria y la docencia; y que ahora selecciona la propia obra en forma autocrítica.

Aunque la distribución de los cuentos en el libro propone consideraciones cronológicas, en ellos se encuentran temas y sentidos que se sobreponen al opresivo paso del tiempo, porque inquietan sobre asuntos más esenciales para el hombre: la presencia del mito y de la cultura, en forma intertextual, con preponderancia de lo trágico desde la perspectiva del mito, y de lo irónico desde la perspectiva de la historia, en El pan de los perros, relato en el que Cristo sobrelleva un destino que no acepta y que tampoco puede quitarse de encima; en Edipo dice que no, donde la arrogancia y la incredulidad de su protagonista mantiene en vilo al pueblo de Tebas, mientras él cumple su destino en forma ciega y egoísta; y en La segunda pasión de Medea, en el que la mujer, insaciable y también egoísta, busca acabar con su condición de esposa separada y víctima del matrimonio.

Chalarca propone también mirar de nuevo el que, a mi modo de ver, es el más interesante tema de la antología: el erotismo. Con frecuencia, los adolescentes se vuelven víctimas de las frustraciones de los adultos, como en el cuento anterior, en el cual Medea seduce al joven novio de su hija con los melindres y los encantos que dan más su dinero y sus lujos que sus atractivos físicos o intelectuales; en Erótica, cuento que muestra cómo la mujer, aprovechando la momentánea ausencia del marido, trata de iniciar al joven trabajador, en un coito interruptus que la lleva al borde del peligro ante la súbita presencia del hombre; y en El mudo, personaje que con un fuerte golpe rompe el idilio y los deseos reprimidos del muchacho por la mujer ajena. Se destaca en este campo Con el alma en la boca, porque reúne la polimorfa manifestación del erotismo en un joven sicario, quien prefiere muertos a sus amantes Marcia y Ever, y a su bebé, a que otros los disfruten, o a que se vean sometidos al escarnio de la policía y de los periodistas.

La muerte también se impone su presencia, un tanto sarcástica en Troski como resultado de las frustraciones personales; o sutil y elegante, plena de tragedia, en Muerte limpia, en la que una vida sin sentido elige una muerte solemne; o como parte de una labor rutinaria o sublime, como sucede, en forma paradójica, en Con el alma en la boca.

En fin, en estos cuentos también se encuentra lo anodino o pasajero de nuestra condición, como en La pela, Lucero, Embriaguez, El pesebre, Su futuro está en las ventas y Color de hormiga, cuentos que revelan la poca trascendencia que tiene la vida para quienes ni buscan ni encuentran trascendencia en sus vidas.

A lo temático se unen el humor, la ironía, la visión realista y sardónica de la realidad –en una escritura limpia de afeites y directa en sus pretensiones–, así como la sensación de que la vida es intensa en cada momento o para siempre inútil y sin sentido.