17/3/08

Trilogio: "Juan Nube"

Por José Chalarca
Juan Carlos alcanzó una nube y la hizo su cabalgadura. Era luminosa, grácil, veloz. Transportarse en la nube volvió a Juan Carlos más alegre, más cordial. La libertad de movimiento que le permitía su nube-caballo le ganó entonces más amigos y también muchos enemigos.
Día con día Juan se tornaba más transparente y generoso. Todos podían ver los movimientos de su corazón. Muchos le dijeron : cuídate. El mundo se ha dañado y no ve con buenos ojos la luz y la alegría, menos aún, la bondad de corazón.
Él, bueno como era, no les dio crédito y una noche tenebrosa los chicos de la pandilla del odio lo abordaron en un callejón sin salida.
–Bájate de la nube, le dijeron.
–¿Por qué?
–¡La queremos. Es más luminosa y rápida que las nuestras!
–¡Pero es que mi nube soy yo!
–Estupideces, dijeron en coro los hijos del odio.
Entonces uno de ellos disparó un revólver y la bala pegó directo en la frente de Juan. Mientras el niño caía, la nube se deshizo en infinitos hilos de plata que se bebió el suelo oscuro.